
Esta mañana llovía pero he salido de casa con falda, tacones y medias de lycra con silicona antideslizante que se ha deslizado por mis muslos cinco minutos después de haber pasado por la puerta, armada con el paraguas, el periódico y un bolso en el que se me ha olvidado meter un kit de supervivencia. Ante la urgencia deslizante, he entrado en una tienda de ropa en la que un amable señor ha venido inmediatamente a preguntarme si podía ayudarme. Supongo que porque iba como cojeando, con una mano ocupada con los bártulos y la otra sujetando la falda y la dichosa media. "Es que se me cae la media". "¿Cómo? Ah, medias..." "No, LA media, la izquierda. Me la tengo que quitar". Y me la he quitado, entre los piratas y las camisetas de tirantes y ante la atónita mirada del dependiente. He salido de la tienda con una pierna de lycra y la otra de piel... mojada. Afortunadamente, unos metros más allá he encontrado una mercería, con medias de lycra y una dependienda sorda y afónica, con la que al final he conseguido entenderme. Por la tarde he ido a trabajar con pantalones y zapatos planos. La lycra no pega con la lluvia.
Kira
3 comentarios
Jose -
Rojo Dos -
Mago de Medianoche -
Gracias... de nuevo. :-)